INDEPENDIENTE DE MERCEDES CAMPEÓN DE BÁSQUETBOL
EstimadoPepe:
Iba a escribirte de otras preocupaciones,
pérdidas y amarguras cuando de pronto la vida te reconforta con momentos
felices. La vida da y quita, por supuesto. A veces, cuando da, tiene
color rojo.Independiente de toda preocupación paso a comentarte que esta
semana no puedo enviarte nada elaborado o con contenidos de cordura.
Más bien todo lo contrario y subjetivo al máximo.
Hace tres años
vine y la vida me quitó la posibilidad de una celebración, pero al
mismo tiempo me dio la posibilidad de ser más hincha si cabe, por
aquello que de las derrotas se aprende y de las cuestiones de las
fidelidades eternas. Hoy, que ando de vuelta por aquí, la vida me dio la
posibilidad de una celebración y del reencuentro con gente amiga de
sonrisa ancha y brazos dispuestos al abrazo. La Sexta ha llegado.
José Luis me dice que es la octava, sumado a un Litoral y una del
Interior. La cuestión es que cada tanto sirve perfumarse de gloria y
afianzar sentimientos que provienen del infierno, del mismo diablo,como
su número, el seis, la sexta.
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Con mi hijo Camilo y La Sexta del CAI |
De menos a más, con mejor lectura
del juego avanzando las finales,marcando para ganar, con la cuestión del
corazón caliente y la cabecita fría y mirando el aro para atacarlo en
el momento debido,sin vacilaciones. Bueno, con fibra de campeón que se
dice. No lo tomes Pepe como algo ego esto, es simplemente que la euforia
contenida en esas botellas blancas de las cantinas le disparan a uno
las felicidades.
No hay mejor club en el mundo que aquel que uno
defendió, con la camiseta puesta o sentado en una silla o pegando un
grito desde un costado de la cancha. No hay mejor club en el mundo que
aquel que ayudó a educarnos deportiva y socialmente. No existen grandes
copas internacionales ni televisiones mundiales. El mejor club del mundo
se puede tocar porque nos ha tocado siempre. Es el club mío y son los
clubes de todos. Es el club que educó a los hijos, amigos, más hijos,
familiares y más allá.
Andaba una copa por ahí. El diablo la
veía de lejos y se le fue acercando para abrasarla. Hasta que al final,
pleno de pecados, se la conquistó y por un tiempo la guardará de todos
los ángeles. Ardiente y felizfue el aliento, como los momentos vividos
siempre. Lindo ver la nueva muchachada que alimenta y empuja, los viejos
que permanecen inalterables en sentimiento y todos aquellos que por
diversos y grandes motivos palpitan con el diablo. Este equipo,
entrenadores y jugadores, se merecían ganar el partido, la quinta y
última final.Legítima es la victoria. Merecido nuestro reconocimiento y
agradecimiento.
Los rojos fundaron la Liga, esperamos
hasta el 28 de febrero del 2000para ganar la primera y en la sexta
siempre es bueno recordar a todos aquellos que durante tantos años se
taparon el pecho de rojo,jugaron con fuerza, garra y corazón, perdieron y
se aguantaron,volvieron a la lucha con fervor, forjaron la historia y
acá en lo terrenal o en donde sea, pueden hoy disfrutar, como símbolo
triunfal lo que la tribuna exclama: Independiente, orgullo nacional.
Federico Marotta
(Publicado en Semanario Entrega 2000 de Mercedes, Uruguay, el 21.3.14)