El libro "Cartas" contiene la presentación hecha por el Lic. José Olazarri, director propietario del Semanario Entrega 2000 de Mercedes, Uruguay. Aquí va:
"UN AGRADECIMIENTO NO EXPLÍCITO A TODO LO VIVIDO"
"Uruguay era un país de inmigración, hasta que un día casi sin darnos cuenta, sea por motivos económicos, políticos o para probar nada más, vecinos, familiares y compañeros de escuela, salen en procura de nuevos horizontes. Lo propio hizo en 2001 el periodista mercedario Federico Marotta, pudo ser Italia, finalmente optó por Mallorca en la península ibérica. Donde sigue a gusto y plantea su futuro a corto plazo, apenas para la próxima temporada. No sabe donde va a estar mañana. Pero nada le ha hecho olvidar su pago natal. Aquella experiencia que en estos tiempos podríamos llamar de aldea, donde se estampan a fuego, hombres y vivencias, factores que ayudaron a formar su personalidad.
Es una época y un ambiente bien definidos, el que pinta esta selección de artículos que tiene como común denominador, tal vez un agradecimiento no explícito a todo lo vivido. Porque no sólo están referidos a Mercedes y sus alrededores, también hay viajes a Bolivia, sobre los días en España, los africanos que cruzan el mar, y la tan local casa de la calle Ituzaingó. Una comunicación feliz con el lector, a nivel de rueda de amigos, que no cuesta pensar mucho en la cantina del Centro Papelero. Donde muchas veces, el tema es la gente. También el suyo, no gente ilustre, tampoco como ficción, son nada más -y nada menos- que tipos populares, vidas simples a las que salva del olvido. Sin dramatismos, en cierto modo explorándose a sí mismo.
Con espontánea sencillez y cuidada expresión pese al origen periodístico de muchas de sus notas, van desfilando personajes típicos, amigos viejos, los reconstruye a través de su vida en Mercedes, una manera sutil de seguir integrado a esta sociedad. Quienes interesan por sí mismos, otros de alguna manera solitarios, tal vez de alguna manera se involucra con ellos. Y el medio, los barrios, la Pamer, el sentir de un mercedario, el fútbol desde el niño en el recuerdo de las mandarinas, hasta puntero izquierdo defendiendo casacas azules o rojas...
Y en principio y siempre la familia: "El viejo se jubiló y pintó y pintó. Desparramó creación y colores. Como todo hombre creativo le ganó a la muerte y al olvido. Vive en cada color que pintó en todas partes". La abuela. Luego los amigos, quien pasó su existencia ligada a un camión, el sindicalista que ponía nombre a sus bicicletas, el recitador y bohemio, el panadero, un albañil y pescador, tantos más. "La soledad es como mi abrigo", contestaba un loco a una periodista española. La respuesta le despierta sentimientos: "Imaginé a los pueblos en soledad. Mucha gente viviendo cotidianamente junta, pegados uno con el otro, pero tan en soledad... dejados a la mano del tiempo y de su pasar...".
Recuerdos tristes y dulces a la vez, en cada página aparecen en el libro de mi amigo Federico Marotta. Que todo aquel que haya vivido alguna vez en Mercedes, sentirá como propios." José Olazarri