Hace cien años atrás se reanudaban los cursos de idioma italiano en Mercedes. Eran gratuitos y se anunciaban en prensa que eran para ambos sexos. Se iniciaron el 1 de abril “en la escuela anexa a esta institución” (Soc. Italiana).
En 1925 la fiesta campestre del 20 de setiembre “será en la Estancia Caviglia o “Santa Blanca”, lugar de reunión que era habitual. Se contrató un autobús como transporte. Se hicieron tres salvas de bombas, al alba, mediodía y puesta de sol. Ese año la Soc. Italiana Mercedes colabora con $4 (equivalente a 100 liras de la época), adquiriendo así un bono del Instituto Charitas de Turín, algo que también sería habitual.
DOCUMENTOS Y DATOS
He recibido correos preguntándome por datos de antecesores, las publicaciones en “Crónicas” son el motivo. Se busca la nacionalidad o en algunos casos saber cuándo vinieron, de dónde. Existen en la Soc. Italiana archivos y datos. Los que tengo están en internet publicados en la página villasoriano.com pinchando en el enlace “más de Federico Marotta”. Se accede allí a un trabajo basado en documentos de la Soc. Italiana, derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual..
Hay datos más detallados, como el de Pietro Labella y María Gerardi, con una copia del acta de matrimonio, un 11 de julio. La copia está fechada el 10 de octubre de 1900 en Avigliano, luego firmada en Potenza y sellada en el Ministero Grazia e Giustizie e dei Culti más sello del Ministerio de Relaciones Exteriores. Se guarda la copia de reserva del pasaje de Pietro a Buenos Aires en el Aquila, barco que tocará también Montevideo y partirá de Génova el 7 de setiembre de 1889 a nombre de Pietro Giuseppe Labella, de profesión sastre, en tercera clase. Copia del pasaporte de Pietro en nombre de Su Majestad Umberto I, solicitando dejarle pasar junto a su mujer María Gerardi.
Pero en los libros puede figurar el nombre y pocos datos más de otros socios. En algunos casos figura el lugar de origen, la profesión, estado civil, antigüedad como socio, aportes o que se trasladó a otra ciudad. Quien busque datos de antecesores tendrá en las partidas de nacimiento, casamiento o defunción el primer estudio del tema.
JUAN ÁNGEL MARTEGANI
Sin dudas que somos una sociedad migrante en altísimo porcentaje. Debemos mantener memoria para comprender esto, tolerancia para recibir más migración y comprensión para los hijos que se van de Soriano o del país pues deben enfrentar una situación nueva, difícil, costumbres y palabras nuevas, un trato diferente, una lucha de menos a más.
En aquellos años que estaba metido entre los archivos de la Sociedad el presidente Walter Toneguzzo me sugirió también visitar a Juan Ángel Martegani, más conocido como “Lito”, quien mantuvo a la Sociedad Italiana sobre todo en los momentos difíciles comenzados los años 80 pues la S.I. dejó de ser una sociedad mutualista firmando un convenio por veinte años con otra sociedad médica.
En aquel entonces “Lito” nos contó con legítimo orgullo la historia de los tres hermanos Martegani. Su abuelo Ángel había nacido en Trecate. Tres meses y medio de viaje pues estuvieron varados en el mar de los Sargazos. Llegan a Buenos Aires y había fiebre amarilla y no pudieron bajar, quedaron un mes más en el barco. De los tres Martegani “uno se fue a Paysandú, otro pasó hambre, pasó mal y se puso a recoger los muertos de la calle, de la fiebre amarilla y echaba los cadáveres arriba del carro, no se supo más de él”
Juan Ángel presidió la Sociedad hasta que ésta renace con mayor fuerza en 2001 y le respetaron como autoridad principal. Nos contó que su padre vino a Mercedes con 20 años a trabajar con Enrique Broggi y funda la Vidriería Martegani en 1923, cien años hace, el mismo año de nacimiento de “Lito”.
Historias como las de Juan Ángel, que nos contó muchas más cosas, están latentes en todos los apellidos migrantes de Soriano y del país. Sólo basta recordar que Uruguay consideraba migrante, por ley, a toda persona honesta y apta para el trabajo y que llegara al país con pasajes de segunda o tercera clase. Sí, la honestidad era un requerimiento.
MALLORCA
A diario siguen llegando uruguayos a esta isla mediterránea. Nosotros, que activamos en la Asociación Uruguay, recibimos en forma cotidiana preguntas, requerimientos. Es vital conocer los derechos de los migrantes, saber contestar a los pedidos de un funcionario. Hemos tenido que concurrir a las oficinas de la sanidad pública para reclamar el derecho a la tarjeta sanitaria pues a veces no se brinda la información correcta. El migrante se da media vuelta y se marcha, apesadumbrado. Uno de los casos más comunes es el de la asistencia gratuita en la sanidad pública. En Mallorca, como en todas las Islas Baleares, este es un derecho para todas las personas que simplemente estén empadronadas en su Municipio, así tengan o no residencia o permiso de trabajo. Este derecho fue conquistado hace pocos años, costó la vida de un joven senegalés, Alpha Pam. Ha habido cambios este año en el gobierno balear luego de las elecciones y las asociaciones migrantes sólo deseamos que se mantenga este derecho.
Así como en la historia de Juan Ángel figuraba un migrante del que no se supo más, en estos tiempos sigue habiendo las mismas situaciones. Embarcaciones naufragadas en el Mediterráneo de africanos que buscan una vida mejor y desaparición de cualquier noticia de la vida de un hijo, perdido en el fondo del mar. Las rutas de la emigración pueden cambiar y hay veces que el destino del migrante se convierte en una tragedia y decenas de años después no hemos aprendido nada como humanidad. Se calcula que, a diario, mueren diez personas en el Mediterráneo, el más bello cementerio del planeta.
Comprensión, tolerancia. Todos seguimos expuestos a la emigración.
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