Ernesto Herrera (1889-1917, Montevideo, Uruguay) |
JUVENTUD
Si es justo que en tributo al que ha triunfado
desborde en entusiasmo el alma inquieta,
es muy justo también que se permita
la sencilla palabra del poeta.
Yo quiero en esta noche inolvidable
mientras la gloria por mi lado pasa,
¡cantar! ¡reír! ¡llorar! ¡gozar el triunfo!
¡de un niño hermano, orgullo de mi raza!
Yo quiero en esta noche, bajo el vuelo
divino de una lluvia de colores,
recoger con mi lira los aplausos
y a sus pies arrojarlos como flores.
Lo quiero porque es joven y valiente,
y es a la juventud a quien le toca
guiar el mundo sin doblar la frente
y hacer al arte un pedestal de roca.
Juventud es valor. Fe en la victoria.
Ver la vida y la muerte de igual modo,
Juventud es pensar. Soñar la gloria.
¡No tener nada y ofrecerlo todo!
Juventud es amar. Los ruiseñores
cantando al Padre Sol. La vida intensa.
Confundir las mujeres con las flores.
Saber sufrir y no olvidar la ofensa.
Juventud es triunfar. El gesto airado
contra la sombra criminal y loca.
¡Es caer con el cuerpo destrozado
llevando una sonrisa entre la boca!
Juventud es verdad. La roja entraña
palpitando en sangrienta efervescencia.
¡Morirse de dolor en la montaña
antes de traficar con la conciencia!
Juventud es saber cada mañana
una nueva lección desconocida.
Saberlo todo, porque todo encarna
la conjunción suprema de la vida.
Juventud es saber que en este mundo
eternamente todo se reforma.
Es saber que en las horas de pelea
¡Mueren los hombres, pero no la forma!
¡Muere la forma, pero no la idea!
Juventud es la luz; el rayo eterno
que va dejando tras de sí las huellas.
¡Ver surgir las ideas del cerebro
como si fuera una explosión de estrellas!
Juventud es presente y es mañana;
el porvenir que con el hoy se envuelve.
¡El único ta-lán de la campana
del tren expreso que se va y no vuelve!
Y ¡fuera aquel que obstruye la grandiosa
Redención! Y si teme llegar tarde,
¡que abra con valor su misma fosa
ya que para luchar se cree cobarde!
Porque ella es la que debe formidable
matar de la ignorancia los vestigios:
¡La santa Juventud que es responsable
del día de hoy en los futuros siglos!
¡Sí! La Juventud que es estandarte
de todas las conquistas generosas;
la coloca , con amor, al arte
sobre todos los hombres y las cosas.
El arte es libertad, forma sagrada.
Lo rigen sólo universales leyes,
¡Hiere más una pluma que una espada,
y educa más un libro que cien reyes!
Vale más un manojo de ilusiones,
una estrofa de luz, un sólo verso,
que Napoleón con todos sus cañones
tomando por asalto el Universo!
Y hoy que es un hermano a quien la gloria
la frente le besó con luz potente,
como si fuera mía su victoria
siento su resplandor sobre mi frente!
Y joven es quien nos brindó un tesoro
y por sus triunfos soberanos
hay en mi lira un trémolo sonoro
como el aplauso de un millón de manos.
¡Salve esa juventud maravillosa
que al darnos de la vida un bello drama
se bautizó en el agua milagrosa,
del estanque glorioso de la fama!
¡Salve el arte que aún tiene soñadores
llenos de fe, de gloria y de cariño,
y que por él, brotan resplandores
en el cerebro mágico de un niño!
¿Niño? Niño Titán. Porque no acepta
vivir la sombra bajo un torpe yugo.
Niño que lleva en su bendita frente
un chispazo de luz de Víctor Hugo!
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