De
madrugada. A la manera que se estila un fusilamiento.
Fueron
cuatro contra el paredón.
Guerra
Civil Española
Palma
de Mallorca
Castillo
de Bellver
Una
placa en la puerta de ingreso al Castillo lo recuerda. Está blanca,
se hace difícil la lectura. Recuerda a Alexandre Jaume i Rosselló.
El pueblo de Palma recupera el Parque y el Castillo de Bellver
gracias a él. Político, abogado, periodista. Nació en Montevideo,
Uruguay y como lo indica su apellido, de clara ascendencia
mallorquina, donde vivió, pensó, escribió, trabajó por una
sociedad más humana y murió, entre más cosas.
Lo
detuvieron en Puerto Pollensa el 19 de julio de 1936. Su familia poco
pudo hacer. Sus amigos poco pudieron hacer. Apenas su par argentino
intentó en diplomacia.
Estuvo
preso en el Castillo de Bellver hasta fines de año y luego
trasladado al Hospital Provincial por problemas de salud. La
sentencia de muerte fue dictada el 16 de febrero.
“Resultando.
Considerando”
Castillo
de Bellver. Monárquico y hoy turístico. Construido en lo alto,
claro está. Vistas hermosas a la ciudad y al mar. Recuerdos
históricos en sus salas, en su patio circular como el castillo.
Fríos cuartos.
Alexandre
estuvo preso en una de las torres. Incomunicado.
¿Qué
piensa un condenado a muerte?
Nunca
un amanecer es más horrible. Que no acabe la noche. Que no alumbre
el sol.
Abandonado
al alba.
Alexandre
fue Cónsul de Uruguay en Mallorca desde 1904. Facilitaba la
emigración a los mallorquines de entonces, que seguían viendo en
América el futuro y el pan. Él les enseñaba Uruguay. Aconsejaba el
paisito.
A
Alexandre lo mataron al alba en los muros del Cementerio de Palma.
24
de febrero de 1937. Invierno. A las 6.30.
La
gente fue al espectáculo. Porque eso era entonces. Un espectáculo
público, una fiesta. El ajusticiamiento de cuatro republicanos.
Emili Darder incluido, último Alcalde republicano de la ciudad.
¿Cómo
fue esa última noche?
¿Mantendría
la última esperanza?
¿Qué
se siente cuando te leen la sentencia? ¿Quieres entonces detener el
reloj, ocultar el sol, eternizar la noche, despreciar el alba?
Pero
si siempre dicen que el amanecer es hermoso.
¿En
qué piensas mientras estás preso? ¿Pides para escribir?
Sí.
Alexandre lo hizo. Escribió.
“Mi
calvario”. Recopilación de sus escritos que pudo hacer llegar a su
familia pues apenas podían hablar con él.
Quiero
saber en qué piensan. Quiero saber si se arrepienten o si se llenan
de coraje y orgullo.
¿A
quién van dirigidos sus últimos pensamientos? Las últimas
palabras.
Si
al alba podrás volver a cruzar miradas o tal vez alguna palabra con
los tuyos.
Y
esos tuyos... recogiendo valor para despedirte al alba. La última.
“Considerando.
Vistos”.
“Alexandre
con su pluma y gran influencia política...”
A
Alexandre lo fusilaron al alba. Por republicano.
Nos
dejó una herencia valiente. Determinante para todo buen oriental que
se precie. “Libertad o con gloria morir...”
La
vida por la República. La II República.
Pero
en su otra República, la del Plata, le olvidaron.
En
aquella otra su República, la del Plata, gobernaba por esos días un
dictador que había roto relaciones con la República española.
“Vistos.
Fallamos”
“...Que
aún con posterioridad a la iniciación del Movimiento Nacional que
dio el traste con los criminales propósitos de los procesados y de
tantos otros aún privados aquellos de libertad continuó alguno en
la medida de sus fuerzas y con las posibilidades que las
circunstancias le permitían oponiéndose al éxito de nuestra acción
salvadora y obstaculizando en el mismo ambiente de su presión la
buena marcha del Movimiento Nacional iniciado como lo demuestran los
escritos de Jaume en la propia prisión sin que en el tiempo
transcurrido desde la detención de todos hasta el inicio de esta
causa se acredite el arrepentimiento, antes al contrario la
contumacia en su tesitura y la seguridad en su triunfo. Hechos que
declaramos probados...”
No.
Alexandre no se arrepintió. Cara a cara con la muerte no se
arrepintió.
Su
hermano y su sobrino pasaron la última noche con él. La cárcel
apestaba a zotal. Les dejaron entrar a la medianoche. El joven Andreu
dijo que “lo encontramos en el pasillo, que nos esperaba. Estaba
muy tranquilo. Me pidió la pluma para escribir una carta de
despedida a la esposa y a los hijos y luego se puso a hablar con
nosotros, como si nada de lo que pasaba esa noche le afectara”.
Fue
digno.
Mis
presentimientos de esta tarde se han cumplido; estoy en la cárcel
esperando el último momento de mi vida. Ello ha de serviros de
consuelo y mitigar vuestro dolor. Muero como sabéis completamente
inocente, se me mata por mis ideas y acepto serenamente este papel
que me ha señalado el destino. Cuando leas estas líneas habrá
terminado este calvario doloroso que estoy viviendo desde el
diecinueve de julio. Estoy completamente tranquilo, con la
tranquilidad que me da la limpieza de mi conciencia. Conserva, Isabel
mía, siempre bien mi recuerdo, pero arranca el dolor de tu corazón,
te debes a tus hijos y has de vivir para ellos y no tienes derecho a
amargarles la vida. Luis y Andrés me han prometido que cuidarán de
vosotros; Di a Ignacio y a Juan que no desamparen a mis hijos, es un
deber de ellos que espero cumplirán gustosos. Te repito que estés
tranquila que veo la muerte serenamente, sin ningún
desfallecimiento. Muero recordando a todos mis hermanos y enviándote
a ti y a mis hijos millones de besos y abrazos. Hubiera querido pasar
contigo estas horas postreras pero he querido evitarte el tremendo
dolor de una despedida tan triste. No me olvidéis pero no sufráis.
Millones de besos y abrazos de Alejandro,
Palma,
24 de febrero de 1937”
Cuentan
que Alexandre pidió ver a sus verdugos. Que de espaldas a ellos
levantó la mano y le preguntaron.
“Quiero
ver a quien me mata”, mientras daba la vuelta y recibía una lluvia
de balas y caía con un cigarro en las manos.
A
Alexandre lo fusilaron. Se acercaron a él. Cuentan que lo remataron
porque “este hijo de puta aún no está muerto”. Le orinaron
encima. Lo despreciaron. Al alba. Mientras el público aplaudía.
Junto al muro del Cementerio de Palma.
Su
cuerpo en tierra era siembra de ideales.
“Fallamos.
Que debemos condenar y condenamos a los procesados como autores
responsables por ejecución directa en un delito de rebelión militar
a la pena de muerte...”
Una
placa al ingreso al Castillo lo recuerda. La Sala VII del Castillo
tiene su nombre. Una plaza de Palma lleva su nombre.
Su
hermano no recuperó más la alegría y se consumió, lentamente.
Isabel recibió con serenidad la noticia.
¿Uruguay
está en deuda con él?
“No
me olvidéis”.
Uruguay
está en deuda con él. Aunque sea en el recuerdo.
“Nunca
se olvida. Se asume, porque el pasado siempre se hace presente.
Cuántos sentimientos se reviven en mi ánimo, contemplando aquella
calavera agujereada por un disparo”. Andreu el sobrino tuvo en sus
manos sus restos y a la altura del pulso se veía claramente el tiro
de gracia, mientras un médico de la familia limpiaba la tumba, años
después.
“A
la memoria de Alexandre Jaume i Rosselló, diputado en las Cortes
Constituyentes de 1931, que va a conseguir para la ciudad este
Castillo y Parque de Bellver. Ayuntamiento de Palma, 1989”.
Al
alba.
Así
mataron a mi Cónsul.
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