POR LOS TERCEROS, LOS CUARTOS…
Estimado Pepe:
Por
momentos siento el hastío de tener que definirme por uno o por el otro.
Pareciera ser una conducta impuesta para adormecernos en debates de por vida,
en odios y rencores por encima de amores o pasiones.
Pareciera
que tienes que optar por uno o por el otro. Porque si lo haces por un tercero
pasas a ser el distinto, anormal. Y en varias situaciones de vida la inercia te
lleva a esa opción que luego te lleva a los odios más que al amor (redundancia
al escribir está mal, pero no me importa).
Hay
dos opciones de vida muy simples como ejemplos. En política eres izquierda o
derecha y terminas perdiendo identificación con tal de llegar a la victoria,
visto que por otra vía hubiese sido imposible. El caso de España es lo inverso
que sucedió en Uruguay. Aquí la derecha tuvo que unirse para poder vencer al
Partido Socialista. En Uruguay fue la
izquierda quien tuvo que unirse. Y lo que en un momento fue tri partidismo,
posiblemente lleva a un futuro bipartidista, como única opción real de
victoria.
En
España es cuestión de derecha o izquierda, condicionada siempre por la Guerra
Civil y sus efectos de las dos España. Me dicen que hay muchos que votan a la
derecha para que simplemente no gane la izquierda. Tal vez suceda al revés. Y
quienes deben dar el ejemplo de tolerancia son los políticos. Pero su ejemplo
es malo. Si yo lo hago mal es porque tú lo hiciste peor y así van dando
vueltas. Además aquí hay un ingrediente que en Uruguay no tiene tanta fuerza. Y
es la notoria influencia de la iglesia católica. Creyentes o ateos. Creyentes o
indiferentes. La cruz como tema de debate para odios y amores.
Y si
le sumamos a todo esto el fútbol el ejemplo queda clarísimo. Sos del Real
Madrid o del Barcelona. Podés ser hincha del Mallorca, Salamanca o el Celta,
pero además tenés que ser hincha del Real Madrid o el Barcelona. Porque la vida
te lleva. La prensa te lleva, los triunfos te llevan y parece ser que el humano
en la vida tiene la obligación de “triunfar” y exteriorizarlo antes que ser introvertidamente
feliz. O tal vez haga más feliz la derrota del otro equipo más que la victoria
del propio. Y así vamos. Entre amores y odios, burlas y bromas sanas, también,
claro está.
Es
como ser hincha de Nacional o Peñarol. Puede traer más felicidad que pierda el
rival a que gane el nuestro. Pero siempre el foco de atención ciudadano lleva a
elegir entre dos. Para amores y odios (dale con redundar, si te lee la profe…).
Y yo
Pepe, estoy harto de tener que elegir entre dos. Porque no sirvo para las
condiciones impuestas. Porque me salí de ellas. Por eso estimado, ¡que viva el
fútbol de Mercedes!, donde todo el mundo puede ser campeón, donde no hay dos
para elegir, hay unos cuantos y todos esos cuantos están capacitados para dar la
vuelta olímpica.
Chau
Pepe. Como siempre, no me hagas caso.
(Publicado en Semanario Entrega 2000 de Mercedes, Uruguay, en noviembre 2013)
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