LA CANCIÓN DEL PARIA

"... y siempre voy vagando... y si algún día siente, mi espíritu, apagarse la fe que lo alumbró, sabré morir de angustia, más, sin doblar la frente, sabré matar mi alma... pero arrastrarla no" (O. Fernández Ríos)

lunes, 24 de enero de 2011

FÚTBOL DE COPA

El ahora Iberostar Estadio se llena de gente muy pocas veces. La afición del Mallorca acompaña por igual en buenas campañas o en las complicadas donde el descenso ronda cerca. Por eso se puede ir con tranquilidad y acceder, por ejemplo, a la tribuna “fondo norte”.

Una perspectiva muy buena para observar el partido y allá, al costado derecho, los “supporters” intentando movilizar al estadio. Alientan con cánticos y a veces el resto acompaña.

Muchos aficionados acuden con atuendos rojos, color de camiseta del Mallorca que enfrentaba a Almería en encuentro de vuelta por la Copa del Rey. Los isleños debían ganar, porque habían perdido en la ida 4-3. Pero como habitualmente sucede, también Mallorca no alineó a todo su equipo titular, con el pretexto de hacer “descansar” jugadores, tema que es muy bien explicado por profesionales del deporte y que muchos otros trabajadores comunes no entendemos del todo.

A los tres minutos Almería iba ganando 2 a 0, gracias a dos centros de la muerte, uno de cada lado. Era la mala suerte de Lux, el argentino arquero local que no tiene afinidad con los seguidores, al punto que comenzó a sentirse un “Aouaaate…”, pidiendo al israelí, titular en Liga. Pero también se debían pedir explicaciones a los laterales y al par de centrales que no fueron avisados, tal parece, que el partido había comenzado.

Los supporters comenzaron a pedir al equipo eso que las gallinas suelen poner, intentando contagiar la “remontada”. Se complicó la cosa con el tercero y ni te cuento con el cuarto gol visitante. Así se fue la primera parte que al paso de los minutos se fue convirtiendo en el divertimento de la gente, dada la escasa posibilidad de anotar seis goles necesarios para clasificar.

Los irónicos comenzaron a gritar “Ruben selección…”, “Ayoze selección…” y visto el toque lateral continuado del equipo en determinado momento, como si el resultado pareciera todo lo contrario, surgió el “oléeee…” y la sonrisa de unos hinchas que comenzaban a abastecerse de maníes, papitas fritas, refrescos y demás.

En el entretiempo aparecieron tres reyes magos que recorrieron la pista de atletismo saludando a las tribunas. Junto a ellos otros muchachos, disfrazados acorde al acontecimiento, regalaban caramelos a la tribuna. En algún caso parecía que tiraban caramelos a la tribuna. Y en algún otro atacaban con caramelos a la tribuna. Creo que se divertían más que los hinchas. Dieron toda la vuelta y se fueron, sin llegar a los “supporters”, a quienes les brotó la cólera en lo inmediato, con palabras que no pude escuchar.

Ningún cambio determinó el danés Laudrup para el nuestro equipo… apenas se perdía 4 a 0 y sólo se necesitaban 6. Más ironía en la tarde. Por allá se vinieron dos cambios y el primer gol mallorquinista. Después el segundo y ya la grada se emocionó, gritando con orgullo y más todavía cuando llegó el tercero y de reojo se comenzó a mirar el reloj, a ver si todavía, mirá vos, capaz que es posible y todo.

“Dale uruguayo…” le gritaban a “Chori” Castro que demostraba no tener prisa para levantar el corner. La gente no comprendía que sólo estaba esperando la llegada de los defensas centrales, porque hay que hacer las cosas bien.

Almería quedó más frío que el invierno cuando le metieron tres balones en la canasta y encima le echaron a uno. 4 a 3!!! y los siete goles en el arco de nuestro fondo norte.

Al final nos fuimos porque se terminó el partido, sin broncas mayores de la afición. Y me sigo preguntando cómo es eso de que los jugadores titulares “descansan” en un partido de eliminación. Será que no estudié.

Bueno, Pepe. Es que hace mucho tiempo no comentaba un partido de fútbol. Eso sí, a los tres días los mismos equipos volvieron a verse las caras en jornada de Liga, también en el estadio público de referencia. Fue con sabor a revancha, ganó el “rojillo” mallorquín 4 a 1. Pero yo no fui, elegí ir al partido de básquet Palma-Castellón del domingo a las 5 de la tarde.