LA CANCIÓN DEL PARIA

"... y siempre voy vagando... y si algún día siente, mi espíritu, apagarse la fe que lo alumbró, sabré morir de angustia, más, sin doblar la frente, sabré matar mi alma... pero arrastrarla no" (O. Fernández Ríos)

domingo, 29 de marzo de 2009

SANCHO PANZA

Tal cual quijotes vayamos hoy al rescate de Sancho Panza.
Gobernar la ínsula Barataria no fue tarea sencilla para el legendario personaje de Cervantes. Tal fue la situación que abandonó su cargo de gobernador para volver a ser el de siempre.
Un buen día, convencido y dispuesto a no dejarse convencer, Sancho recapacitaba: “… y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos”.
Que soy olvidadizo, porque no recuerdo este capítulo de mi época de mal estudiante.
“Abrid caminos, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad. Dejadme que vaya a buscar la vida pasada para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador ni para defender ínsulas ni ciudades…”
No sólo Alonso Quijano el Bueno merece consideración. No sólo los molinos de viento o la dulce Dulcinea. Su fiel compañero también nos llama la atención.
“Mejor se me entiende a mí de arar y cavar, podar y ensarmentar las viñas, que de dar leyes ni de defender provincias ni reinos… mejor se me está a mí una hoz en la mano que un cetro de gobernador…”.
¿Conocemos venas por las cuales corra la sangre de los Panza?
“Vuesas Mercedes, que queden con Dios y digan al duque mi señor que desnudo nací, desnudo me hallo. Ni pierdo ni gano. Quiero decir que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo. Bien al revés de cómo suelen salir los gobernadores de otras ínsulas. Y apártense, déjenme ir…”
Bueno sería comentarle a los gobernantes de los pueblos que no sólo es interesante leer Don Quijote, sino practicarlo.
Y si por remota coincidencia encuentras a alguien con el linaje de los Panza dale un abrazo, no lo dudes. Luego dile que va de mi parte.
“Y déjenme pasar, que se me hace tarde”.

miércoles, 25 de marzo de 2009

CAMBALACHE

Enrique Santos Discépolo dijo que “Mallorca es una isla que seguramente se le cayó a Dios de las alforjas, porque aquello es maravilloso”.
En su gira española Discépolo se abrazó en Madrid con García Lorca y pudo escuchar de los propios labios del andaluz los en ese momento inéditos primeros versos del “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”, un amigo torero del poeta: “a las cinco de la tarde, eran las cinco en punto de la tarde…”.
En Mallorca el creador argentino llegó hasta Valldemossa y quiso conocer la habitación en donde Federico Chopin creó la mayoría de sus preludios. En el monasterio se encontró en una pieza húmeda que lo impresionó por su soledad. Se encontró con el piano del músico polaco y se atrevió a jugar en sus teclas, sabedor de que aquellos otras manos prodigiosas también las habían tocado.
De esa improvisación y el entorno nació después “Canción desesperada”, porque Discépolo decía que las canciones de Chopin “no son inolvidables, sino desesperadas”.
El argentino se imaginó al polaco componiendo con la locura de los condenados a morirse.
Creando en la desesperación, en los peores momentos.
También los pueblos crean en la desesperación y se aferran a las esperanzas.
Como Chopin y Discépolo, como cualquiera de los hombres comunes.
También los pueblos se parecen a Enrique Santos, porque él también creyó y luchó por sus ideales, apoyando una causa. Creyendo y desesperando y con el escepticismo metido en el cuerpo.
Decía un amigo que tengo, un tanto filósofo, que triunfar no es llegar, sino disfrutar del camino. Por eso cuando su lucha por fin le otorgó el placer de una victoria se encontró desorientado, porque él sólo había luchado siempre, soñadoramente, desesperadamente, con el escepticismo metido en el cuerpo.
Algunos que saben de la escéptica tienen pasión por escribir a los demás, sabrán también que en todos los momentos, los mejores y los peores, esa sensación no la abandonas jamás.
Porque los escépticos, hombres comunes como cualquiera, no llegan nunca, sino que viven caminando, soñando, luchando, desesperando. A pesar de las mieles de una victoria.

martes, 17 de marzo de 2009

"CARTAS" Presento libro

Con el objetivo que llegue a familiares y amigos, este libro sale a consideración pública en abril 2009. "CARTAS" se llama, recreando lo que son relatos breves, todos basados en personas y hechos reales de mi entorno. A su vez publico Cartas de El Viejo, como una manera un tanto mágica de reencontrarme de otro modo con él, luego de su fallecimiento.
"CARTAS", editado por "Entrega 2000 SRL", consta de los siguientes relatos:
El Viejo; Alfredo; La Carta; Salvador y José; La canchita del Barrio Pamer; Luis Ernesto; La casa de la calle Ituzaingó; Ramón; Barrio Azul; Un niño en los hombros; El Flaco; Román; Color Independiente; Víctor; El Pianista; El abrigo de un loco; Ángel; Definición de patria; Marcelo; El acordeonista de la calle Olmos; El muchacho que fui que responda; El libro perdido; Fernández; Mañana, para todos, el mar; Cartas de El Viejo.
El libro cuenta con una presentación del Lic. José Olazarri, Director del Semanario Entrega 2000 de Mercedes, Uruguay, a quien debo agradecer su dedicación para con este libro.

lunes, 16 de marzo de 2009

Villa Soriano

Invito a visitar la página www.santodomingosoriano.com, basada en el libro documental "Los Indios Mansos de la Banda Oriental, Santo Domingo Soriano -documentada-", de autoría del Sr. Wilde Marotta Castro.
En dicha página se resume la historia de Villa Soriano, Uruguay, población más antigua de la República Oriental del Uruguay, cuyo proceso fundacional fue iniciado en 1624. Documentos estudiados y buscados durante más de 20 años se sintetizan en este libro para documentar, sin duda alguna, que esta Villa goza del privilegio de ser la más antigua del país.