LA CANCIÓN DEL PARIA

"... y siempre voy vagando... y si algún día siente, mi espíritu, apagarse la fe que lo alumbró, sabré morir de angustia, más, sin doblar la frente, sabré matar mi alma... pero arrastrarla no" (O. Fernández Ríos)

lunes, 14 de septiembre de 2009

LA PALABRA, PODEROSO SOBERANO

Columna publicada en Semanario Entrega 2000 de Mercedes, Uruguay, el 11/09/09, como agradecimiento a quienes han leído "Cartas".
"Estimado Pepe:
Hace algún tiempo salió publicado "Cartas", un deseo personal, una vía transmisora con mis familiares y amigos, intentando llegar a ellos por la escritura ordenada de un libro.
Los objetivos, sencillos, han sido logrados. Mover una sensibilidad de cualquiera de los ocasionales lectores era un desafío y a su vez era quedar satisfecho por la tarea emprendida.
Estas líneas sólo pretenden llegar a aquellos que ocuparon su tiempo leyendo "Cartas" para agradecerles la dedicación.
"La palabra es un poderoso soberano, que con un pequeñísimo y muy invisible cuerpo realiza empresas absolutamente divinas... Las sugestiones inspiradas mediante la palabra producen el placer y apartan el dolor. La fuerza de la sugestión se adueña de la opinión del alma, la domina, la convence y la transforma como por una fascinación..." (Elogio de Helena, Gorgias).
Los comentarios llegados me devolvieron las similares emociones que uno buscaba y encontré a través de esas escrituras recibidas, sensibilidades que de algún modo también nos han persuadido, también nos han sugestionado, transformando nuestro pensamiento. Discutible si las palabras persuasivas quitan la libertad, por influir en nuestras ideas. Pero al menos, las palabras recibidas en este tiempo, llenas de afecto, pueden bien quitarme esa libertad de pensamiento, que las evocaciones sensibles finalmente también nos traen placer.
Hace algún tiempo se plasmó la idea vieja de publicar algo, especialmente dirigido, todo real.
Contaba con mis familiares y mis amigos. Con José Olazarri, que me orientó y guió, permitiéndome formar parte de la Colección Soriano, con José Enrique Lécaille que se metió en la idea sintiéndola como propia, con Oscar Pérez Carranza, que encaró el trabajo pedido con su habitual buena hombría. Y con todos los demás también conté. Estuvieron. Están.
Por lo tanto, Pepe, sirva tu espacio para agradecer a quienes recibieron la idea y la valoraron. Me han hecho sentir bien, que era simplemente lo que esperaba. Si los ves por la calle, dales un abrazo de mi parte."

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